Acabo de regresar de África esquivando por los pelos las restricciones por el coronavirus. Ahora, ya desde casa, me toca analizar la jugada, pasar las fotos y dar las gracias a MOWANA por esta increíble experiencia de descubrir el lado más salvaje de África que me han organizado.

Suelo dedicar mis vacaciones de verano a viajar durante varias semanas. Siempre que puedo intento saltar entre países vecinos, sin un plan concreto más que el conocer de la forma más genuina los lugares que visito. Esta vez me negaba a supeditar mi viaje a las recomendaciones que había leído en un blog. África tiene 54 países y necesitaba ayuda de un profesional que me dijera dónde ir sin malgastar el tiempo de mis vacaciones.

Era mi primera vez en África y quería huir de los “viajes enlatados”. Esos que han hecho antes que tú miles de personas, en los que te dan un panfleto que sigue siendo el mismo desde hace diez años y terminas perdiendo el tiempo en las colas de los lugares que se suponen más emblemáticos porque no tienes la opción de trazar tú el itinerario.

Confié mi viaje a MOWANA por recomendación de un familiar. Verena, desde el principio, se interesó por mis preferencias para presentarme el enfoque que podíamos darle a mi viaje. Me envió un dossier personalizado, ad hoc, en exclusiva para mí. El que sería mi safari a medida y en español. Con los lodges en los que me hospedaría, con el itinerario y toda la información necesaria para disfrutar del continente y volver satisfecho.

Seamos claros, viajar a África no cuesta lo mismo que ir a La Manga, con todo el cariño a la región en la que sigo veraneando desde hace mas de 20 años. Excepto algunos privilegiados, es un viaje que haces una o dos veces a lo largo de tu vida. ¿De verás merece la pena escatimar en gastos que luego aparecerán una vez allí?

Durante algún tiempo, organicé mis viajes por mi mismo. Era estudiante y cada euro que conseguía ahorrarme suponía un triunfo que celebraba delante de mis amigos. Lamentablemente la realidad es otra. Lo que había supuesto ahorrarme unos cientos de euros por prescindir de agencia especializada, acarreaba otras contingencias en las que no había pensado delante del ordenador: escalas interminables, malas conexiones, hoteles inmundos, tasas con las que no contaba,… Los viajes lowcost no suelen salir bien. Después del último viaje así, me prometí a mi mismo que sería el último. Estuve una semana mirando el extracto del banco repitiendo como un mantra la frase popular de “lo barato siempre sale caro”.

¿Por qué cuando viajamos, solo nos preocupamos en buscar el mejor de los chollos con los billetes de avión o situaciones similares, en lugar de ponernos en mano de especialistas en la organización de viajes? Como yo, te habrás cruzado con un grupo de españoles que andaban igual o tanto más perdidos que tú intentando encontrar ese sitio que habían visto en Instagram. En definitiva, perdiendo el tiempo, ese que vale tanto o más que el dinero que te has ahorrado.

 

Insisto, GRACIAS en mayúsculas a MOWANA, por organizar mi viaje a Botswana (a causa del Covid se quedan pendientes Namibia y Zimbabwe), por su precio contenido, pero sobre todo, por su atención. Da gusto descubrir a personas que les apasiona su trabajo y que lo cumplen con excelencia.

¡Un 10/10 para uno de los viajes que sin duda formará parte de los mejores de mi vida!

 

 

José Nieto

Marzo 2020

 

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